Como me enamoré del yoga
Namaste! Soy Mari Angie, surfista apasionada, practicante y estudiante de Yoga. Y les quiero contar la historia de mi conexión entre el Surf y el Yoga.
El Surf llegó a mi vida en el año 1997. Tenía en ese entonces 23 años.
Estaba en la playa viendo a unos amigos surfear y de repente sentí el inmenso deseo de hacer lo mismo. Así que me conseguí una tabla y empecé a ir a la playa todos los fines de semana.
En esa época trabajaba como ingeniera de 8am a 5pm en la ciudad de Panamá.
Y todos los viernes esperaba que fueran las 5pm; para salir de la ciudad e irme a surfear. Creo que todas hemos pasado por ese punto, ¿verdad?
Con las olas mi vida cobró sentido. Simplemente era feliz y no necesitaba nada más. ¡Mi tabla, las olas y yo!
Así fue transcurriendo mi vida por algunos años. Surfeando los fines de semana, paseos en las playas con mis perros y mi novio, fiestas, barbacoas con mucha carne y morcillas, sexo, drogas y rock & roll. Seguro que sabes de lo que hablo.
Y LUEGO APARECIÓ EL YOGA
De Ingeniería a Instructora de Yoga
Pero, ¿cómo fue eso?
“El tráfico de las calles, el trabajo y el ritmo acelerado de la ciudad me hacían estar de mal humor”
Resulta que durante la semana todavía tenía que estar en la ciudad.
Y tenía que aguantar el tráfico de las calles y a mi jefe en la oficina, que aunque lo recuerdo ahora con mucho cariño porque aprendí mucho de él, era un verdadero dolor de cu…
Así que un día fui a una clase de yoga a ver si me ayudaba a entender el sentido de mi vida cuando no estaba surfeando. Eso fue por el año 2000, para ser exacta Mayo del 2000.
Lo recuerdo bien porque en Julio de ese mismo año estaba planeando mis vacaciones y me iba a hacer Camping en Playa Venao por 2 semanas de solo Surf.
¡Mi primera clase de yoga me encanto!
Aunque llegue tarde por culpa de mi Jefe, que justo cuando iba saliendo para la clase, se le ocurre inventarse una reunión.
Pero, llegué a la clase… solo que tarde, y solo pude hacer la relajación.
Igual era lo que necesitaba en ese momento, porque todo lo que sucede, sucede en el momento correcto, y de la forma correcta.
Eso lo sé ahora, porque ese día estaba mandando a mi jefe a tomar por cu…
En fin, allí fue que conocí al Profesor Quezada, mi maestro de Yoga.
Y bien, ¿qué pasó después?
Pues todo me hizo click, igual que con el Surf.
El YOGA ME DIO RESPUESTAS
El yoga me dio todas las respuestas a las preguntas que tenía en ese momento.
Los ejercicios me encantaban, sentí que trabajamos todo: desde la lengua, los ojos, los brazos, las piernas, el abdomen. ¡TODO!
Yo ya había practicado Taekwondo, Ballet y Natación por varios años y nunca había sentido una integración tan completa a nivel de entrenamiento físico como en el Yoga.
Empecé a ir religiosamente a mis clases 3 veces por semana, todas las semanas hasta que llegaron mis esperadas vacaciones para irme a surfear.
Y fue allí donde me di cuenta.
En Playa Venao, en el Pacífico Panameño, con olas enormes, estaba yo siempre arriba en el pico, no me cansaba, agarraba todas las olas, mas que mi novio de ese entonces… más que muchos de los pros locales de Venao… ¿Cómo es que paso esto?
Mi resistencia física aumentó un 200%, mi capacidad respiratoria se expandió y mis movimientos fueron más ligeros, es que no me costaba nada remar ni chapalear para llegar a las olas y agarrarlas, una tras otra.
Estaba sorprendida, era una maravilla. Y desde ese momento dije: “Señores, si esto me va hacer seguir surfeando así, yo no dejo por nada del mundo de hacer yoga! “
Y bueno, ya han pasado 20 años de eso, ya no tengo más 26 años, ahora tengo 46, pero mi amor por el yoga y el surf solo van en aumento.
Creo que surfearé y haré yoga durante todo el tiempo que pueda respirar en este planeta.
EL SURF ME CONECTO CON LAS FUERZAS DE LA NATURALEZA
El surf me conectó con las fuerzas naturales del planeta, del agua, de las olas. Me enseño a disfrutar sin controlar, a simplemente volverme uno con la ola y la energía del mar, absorberla y disfrutarla.
Para mí está claro que cada vez que surfeo una ola, absorbo su energía y nos volvemos uno.
Y algo así paso con el Yoga también.
EL Surf y el Yoga me dieron el Poder
De activar la voluntad para cambiar y aceptar
En el año 2002 deje mi trabajo como Ingeniera y abrí mi primer Estudio de Yoga en Panamá, con ayuda de mi maestro, el Prof. Quezada.
Mi maestro siempre estuvo a mi lado apoyándome, aunque yo era una necia rebelde que creía que podía comerme al mundo en ese entonces.
Mi maestro me tuvo mucha paciencia y me ayudo a crecer, nunca me dijo lo que tenía que hacer, pero siempre fue un ejemplo, en sus actos y palabras.
Ya no lo tengo cerca.
Y muchas cosas han cambiado en mi vida.
Ya no tengo la misma pareja.
Ya no tengo los mismos perros.
Ya no vivo en la misma casa.
Ya no como carne, ahora soy vegetariana;
Ya no soy ingeniera, ahora enseño Yoga, Air Yoga y Aqua Yoga.
Y por cierto, aprovecho y te comento que enseño clases virtuales on line y que si te interesa y quieres probar una clase on line gratis, te invito a que visites la web www.oceanairyoga.com y te registres.
Pero hay algo que no ha cambiado en mi vida, algo que ha sido una constante, y es lo que me hace feliz, lo que me hace encontrar lo que soy : El Yoga y el Surf.
Y es mi más sincero deseo, que tú, que estás leyendo estas líneas, también encuentres lo que te llena y te hace feliz.
NAMASTE.